Una vez periodistas, eternamente periodistas

Cuando elegimos ser periodistas asumimos el reto de ser jueces de la sociedad y parte indisoluble de ella, no podemos ya, nunca más, mostrarnos ajenos a las pasiones ni a los problemas…

Cuando hacemos del periodismo nuestra vida, debemos levantarnos temprano con el campesino, llenarnos de hollín en la fábrica, hacer la cola para el pan, ir al ballet, saber de economía, física, de lo humano y lo divino…como dijo el Apóstol: el periodista ha de saber desde la nube hasta el microbio, y sí, también debemos ser del tamaño de los microbios para meternos con sutileza en los laberintos de la burocracia, romper las cadenas del oficialismo, hacer un periodismo que se parezca a la gente de esta isla, nos obliga a ser inquietos, curiosos, cuestionar todo,  ser los periodistas que no olvidan el pasado,  transforman el presente y defienden el futuro.

Cuando elegimos ser periodistas lo damos todo y el pueblo siempre espera más, debemos acostumbrarnos a las críticas, a la inconformidad, no podemos ni queremos divorciarnos de la prensa, aun cuando ya no pertenezcamos a ella, una vez periodistas, eternamente periodistas.