Contra la prisión psicológica
René González Sehwerert es víctima de una injusticia mayúscula, luego de 13 años en prisión por luchar contra el terrorismo en el seno de los Estados Unidos, el sistema judicial norteamericano presenta como requisito que los tres años de libertad supervisada transcurran dentro de su territorio y no en Cuba.
Por si fuera poco se le prohíbe acercarse o visitar lugares que frecuentan individuos o grupos terroristas, requisito inaudito si se tiene en cuenta que esos “individuos o grupos” en estos momentos son los más peligrosos enemigos de René, requisito además necio pues demuestra que el gobierno de Barack Obama reconoce la existencia de cédulas terroristas en su país y no hacen nada para detenerlas.
El caso de René se suma a la larga lista de pruebas, no sólo es culpable la actual administración, la que no ha dejado de ser cobarde en sus decisiones, en Estados Unidos existe de toda una tradición de acusar de terrorismo al mundo mientras comenten o apoyan actos viles contra personas inocentes.
Lejos de su esposa e hijos y sólo si se aplica un dudoso beneficio por buena conducta, René saldrá de la cárcel física el próximo siete de octubre, la otra prisión, la psicológica a que se someterá en territorio enemigo, tampoco podrá doblegar sus principios revolucionarios y la lucha de millones de personas.
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